A lo largo de mi vida, nunca jamás, ni remotamente pensé, en escribir un libro. Y mucho menos, uno versado en la materia propia de nuestro ámbito profesional.
Siempre me consideré una abogada procesalista más del motón, dedicada a tramitar carteras masivas de pleitos, y nada creía yo podría aportar al sector a nivel de interpretación de una especialidad concreta de nuestro derecho material o sustancial.
En los últimos años de mi ejercicio profesional, comencé a implementar herramientas digitales en los proyectos en los que trabajaba. Experimentaba como la innovación y tecnología se convertían en inestimables aliados.
Pero al comentar y compartir estas hazañas con colegas y compañeros, detectaba que era como si hablara en un idioma extranjero. O, pero aún, en una lengua muerta. Porque nadie entendía lo que les exponía. Era hablar de industrialización de procesos, automatización de tareas, parametrizaciones, mapeos, OCR, RPA, machine learning… y los ojos de mi interlocutor empezaban a entrecerrarse, mientras barruntarían (pensaba yo), “¿de qué me está hablando ésta…?”
Detecté un gran problema: un desconocimiento generalizado por la mayoría de los compañeros de las nuevas metodologías y herramientas digitales, y de qué manera podían ayudarnos. Y un absoluto vacío de contenidos en lo que respecta a la partida de litigios. Simiente perfecta para la fuerte resistencia al cambio que impera en la profesión.
La necesidad era clara: se requerían contenidos, formación, cursos y monografías arrojando luz sobre legal tech. Sobre cómo aligerar y agilizar nuestra carga de trabajo a la hora de tramitar procedimientos judiciales a través de la innovación y la tecnología.
Mi vocación de ayudar y compartir las bondades que había experimentado en propia persona, de la tecnología aplicada a la gestión de procedimientos judiciales, es lo que me movió a contactar con los distintos colegios profesionales promoviendo formación en este sentido y conectar con colegas juristas que generosamente también promovían acciones en este sentido.
Fue en una de estas que se me ocurrió remitir un email a Wolters Kluwer proponiendo líneas formativas para ilustrar sobre la transformación digital y aplicación del legal tech en la partida de litigios, con escasas esperanzas de que mi sugerencia pudiera resultar de interés. Y cuál fue mi sorpresa cuando meses después, me contactaron trasladándome que consideraban la materia de alto interés, pero no para formación, si no para una monografía.
Al leer la propuesta, no podía creerlo. Yo, una jurista más de los cientos de miles de profesionales que nutren el ecosistema legal español, ¿cómo iba a escribir un libro de algo que está en plena fase de definición y que vamos reinventando diariamente a fuerza de ensayo y error? ¿Cómo ilustrar sobre una materia de lo que aún no hay nada escrito, porque lo poco que hay, no trata la partida de los pleitos? ¿De qué iba a hablar? ¿De mi experiencia profesional? Pánico total.
Pero interiormente desde el primer segundo, supe que aceptaría la propuesta, porque tenía la oportunidad de ayudar.
Podría compartir, trasladar y acercar la innovación y la tecnología a los compañeros de profesión. De transmitirles y hacerles ver las mejoras, beneficios y eficiencias que estas nos procuran. Mostrar casos de uso, hacer ver que ya no es necesario pasar horas picando datos para rellenar modelos de escritos, archivando documentos, o agendando vencimientos, de pelearse con las plataformas judiciales para presentar escritos o descargar notificaciones y procesarlas, y, en definitiva, no tener que pasar gran parte de la jornada realizando tareas rutinarias y de escaso valor.
Mostrar que es posible dedicarse a lo que realmente nos motivó a licenciarnos o graduarnos en Derecho: asesorar a los clientes, hacer valer sus derechos y defender sus intereses, marcar las estrategias procesales para ello, articular de forma rigurosa y con la calma que ello requiere, los escritos y documentos que se precisen. En definitiva, aplicar la ciencia y la técnica jurídica, en orden a la concordia, a la efectividad de los derechos y libertades fundamentales de nuestros clientes, tal y como contempla el Estatuto General de la Abogacía.
Después de un año de investigación, estudio, duro trabajo y cientos de miles de caracteres volcados sobre folios en blanco, por fin se publicaba por la editorial La Ley Wolters Kluwer, la monografía titulada “Legal Tech aplicado a la gestión de litigios en despachos”.
La primera monografía editada en el ámbito nacional sobre legal tech y transformación digital aplicada a la tramitación y la gestión de los procedimientos judiciales. Porque hasta el momento, los textos y publicaciones que se encuentran editados, se centran más en el ciclo de vida de los contratos, los procesos de Due Diligence y revisión documental, los procesos de compliance, la analítica predictiva, el blockchain, entreprise legal management, Smart contract, la función legal corporativa, etc., pero nada sobre nuevas metodologías o soluciones aplicadas a la tramitación de litigios, cuyas particularidades e idiosincrasia, merecen tratamiento por separado, ya que poco tienen en común unas materias y otras.
Al margen de la visión general e introductoria que aporto sobre el nuevo escenario en el que nos encontramos, y que puede aportar gran valor a la hora de visualizar porqué debemos transformar nuestra actividad y que mejoras nos van procurar, lo que considero puede ayudar más a los lectores, son los casos de uso que refiero, de tareas o partidas de trabajo propias de la gestión de expedientes judiciales que pueden automatizarse, indicando de qué manera, a través de qué tecnología, y proveedores que puedan suministrárnosla.
Hago un repaso de algunas de las actividades más recurrentes y comunes a todos los asuntos judiciales, dando ideas sobre maneras de definirlas, organizarlas y estructurarlas para que puedan ser automatizadas, en caso de que reúnan los requisitos para ello, con el objeto de dejar de dedicar horas a tareas rutinarias que nos consumen diariamente, y que no requiere de profundos conocimientos jurídicos para ser atendidas.
Ya que como suelo decir, ninguno nosotros se licenció o graduó en Derecho para que gran parte de nuestra jornada la dediquemos a picar datos, archivar y agendar, pasar horas articulando reportes para nuestros clientes, elaborando minutas, y no tener apenas tiempo que dedicar a la cuestiones de enjundia jurídica, como plantear una apelación, preparar una casación, articular una contestación a una demanda, planificar la estrategia procesal de un asuntos, o reunirnos con el cliente para preparar una vista.
Esta visión práctica deviene de mi propia experiencia profesional, de cuestionarme el status quo y el modo tradicional de hacer nuestro trabajo, de intercambiar opiniones y experiencias con los compañeros más intrépidos, de inspirarme es sus planteamientos y aplicaciones, de ejecutar un constante proceso de ensayo y error, que es el que permite la mejora continua. Porque el error es parte esencial de la evolución, y es lo que nos permite ir introduciendo cambios que posibiliten perfeccionar la metodología o solución hasta alcanzar los resultados esperados, para luego ir afinándolos aún más.
El objeto de este libro es compartir con los compañeros de profesión todo lo aprendido durante estos años, a modo de feed back para acometer sus procesos transformativos, con la esperanza de que sirva de referencia o guía. Nutrir con soluciones, metodología y aplicaciones prácticas, que ayuden en el camino, como fuente de información, formación y conocimiento.
Porque es precisamente el conocimiento sobre el legal tech, el elemento fundamental que la transformación digital del sector requiere, para sí empezar a abrir mentes, e ir reduciendo poco a poco la resistencia al cambio que es la regla generalizada.
Esta monografía es el resultado de la vocación de compartir y poder ayudar a que los colegas de profesión puedan conocer el increíble valor de la tecnología, y de cómo puede ayudar a agilizar, aligerar y automatizar nuestra carga de trabajo.
Os dejo el enlace a la tienda de Wolters Kluwer, por si fuera de vuestro interés echar un vistazo a la vista previa en papel que ofrecen:
https://tienda.wolterskluwer.es/p/legal-tech-aplicado-a-la-gestion-de-litigios-en-despachos
Rocio Ramírez Torres
Directora de Procesos Legales en EMC Soluciones Legaltech